A estas alturas del año, todos sabemos que los mercados se han llevado un fuerte golpe con la crisis sanitaria del Covid-19, que ha traído trágicos resultados para la economía. Sin embargo, parece que pese a estas malas nuevas en general, la inversión sostenible ha seguido en auge.

Y es que la encuesta Global Client Sustainable Investing Survey de BlackRock, realizada a 425 inversores en 27 países (incluidos fondos de pensiones corporativos y públicos, gestoras de activos, fondos de dotación, fundaciones y gestoras patrimoniales mundiales con casi 25 billones de dólares estadounidenses en activos gestionados), nos muestra que los complicados retos que nos ha planeado este año no ha frenado las perspectivas de este tipo de inversión.

Un punto de inflexión para los próximos 5 años.

Pero no solo eso, pues el resultado de este estudio también arroja que los inversores planean duplicar sus asignaciones a los productos sostenibles en los próximos cinco años, siguiendo criterios medioambientales sociales y de buen Gobierno (ESG) para 2025, y “el 20 % de los encuestados afirmó que la pandemia había acelerado sus asignaciones a inversiones sostenibles”.

“La transición de gran calado que identificamos a principios de año se ha consolidado con firmeza, dado que la convergencia de las presiones políticas y normativas, los avances tecnológicos y las preferencias de los clientes ha propiciado que la sostenibilidad pase a ser la norma en el plano de la inversión”, ha explicado Mark McCombe, director de clientes en BlackRock y añade: “Los resultados de nuestra encuesta muestran que la transición hacia la sostenibilidad está teniendo lugar en todo el mundo”.

Eso sí, cabe destacar que si bien el crecimiento de estos activos sostenibles es más asentado en Europa, también están aumentando en América y la región Asia-Pacífico.

“Los clientes están priorizando las cuestiones ESG y su implementación de forma distinta en las diferentes regiones. Si bien todos son conscientes de la prevalencia del riesgo climático, existen distintos niveles de énfasis en asuntos como los derechos humanos, la diversidad y la inclusión”, afirma McCombe para añadir: “Resulta importante constatar que las razones de los clientes para invertir de forma sostenible muestran marcadas divergencias entre regiones. Muchos inversores europeos perciben las ventajas de la sostenibilidad desde el prisma del impacto en la sociedad. En EE. UU., los inversores se centran en mayor medida en la gestión del riesgo y la rentabilidad de la inversión”.

Los criterios ESG, algo fundamental en inversión

Otra de las conclusiones que se pueden observar de la encuesta es que para la mayoría de los encuestados, la sostenibilidad resulta fundamental para los procesos y los resultados en inversión. “El 75 % ya utiliza un enfoque integrado para tener en cuenta los riesgos ESG en sus carteras o se plantearía hacerlo”, comentan y añaden:”Un enfoque integrado consiste en incluir el análisis de los criterios ESG en todas las posiciones y fundamentar las decisiones de inversión futuras basándose en un punto de vista totalmente centrado en la sostenibilidad”, puntualizan.

La principal preocupación de los clientes, los riesgos medioambientales.

El 88% de los encuestados indicó que, en el ámbito de los clientes de todas las regiones, los riesgos vinculados al clima es la mayor preocupación del colectivo en este momento.

“En adelante, si bien se espera que el clima siga siendo la principal preocupación, un número creciente de encuestados (58 %) afirmó que prevé que las preocupaciones sobre cuestiones sociales, como la diversidad y la inclusión y las prácticas laborales justas, aumentarán en mayor medida en los próximos 3-5 años”, comentan desde BlackRock.

“Escasa calidad o disponibilidad de los datos y análisis ESG”

Otra preocupación que revela esta encuesta es que, al menos para el 53% de los encuestados expertos, existe un problema con los datos de la inversión ESG. Y es que para más de la mitad de los preguntados, la principal barrera para adoptar estrategias de inversión sostenible es la “escasa calidad o disponibilidad de los datos y análisis ESG”.